¡Sean bienvenidos!

Únicamente soy una más de esas personas locas a las que les gusta vivir la vida y disfrutar cada momento, exprimiéndolos al máximo. Un bicho raro, vamos. Me he creado este pequeño espacio para compartir con aquellos que estén interesados como yo, en campos tal que la literatura, la fotografía o la música. Aquí me permito escribir todo lo que pienso, deseo y admiro.
Espero que les guste, saludos.

Sandra P.

15 de octubre de 2010

¡Tiempo deja ya de volar!

Me cansé de esperar. Me cansé de tantas cosas. Me aburrían las mentiras. Me obstinaban las falsedades, tanto como las ganas de reventar y fastidiar por mero placer. No terminaba de acostumbrarme a que me rajen la espalda al pasar.
Deposité mi fe ciega en suelo inseguro, convertidas ya en ilusiones muertas y no aguanté más. 
Pero hoy mi sonrisa es tan fuerte, que asusta. Déjame decirte que no puedes conmigo. Déjame que te recuerde que todas y cada una de mis caídas son lo mejor que me ha pasado. Déjame ser capaz de gritar que no eres nadie para compararte conmigo. 
Ahora soy fuerte. Ahora puedo afirmar con total tranquilidad que lo soy. Hoy, me permito mirar adelante y dejar el pasado para los que viven anclados pensado lo que pudo haber sido. Por mucho que no quieras admitir que es así, no puedes conmigo. Sólo haz amago de intentar derribarme y verás lo fácil que te desplomas al piso. Miro al frente con la cabeza bien alta, creo en mí, por mucho que te moleste.

¿Pero sabes cuál fue, es y siempre ha sido mi problema? Pues verás, mi gran problema es que siempre soy yo misma y actúo con naturalidad, impulsivamente, como me dicte el alma en cada ocasión y eso, parece que choca en esta sociedad donde está de moda tener entre dos y cinco personalidades totalmente distintas. Mi problema es que digo lo que pienso tal cual, y resulta que me voy de bruces contra un mundo de gente hipócrita y muy falsa que también habla, pero a tus espaldas. Mi problema es que tengo tantos problemas que no sé por dónde empezar. Mi problema es que si salgo a la calle sólo oigo mentiras, y prefiero quedarme en casa charlando con mi conciencia. Mi problema es que no soy pesimista, si no realista. Mi problema es que si soy sincera y honesta, resulta extraño. Mi problema es que tengo que quererme a mí misma para luego poder querer al resto, y parece que nadie lo entiende. Mi problema es que me da lo mismo lo que diga el resto y aún así, seguirán desporticando en mi contra. Mi problema es que respeto a los demás y soy diferente, y a pesar de que lo desigual sea inédito, por lo visto engendra odio. Mi problema es que defiendo los derechos de autor, pero ahora todo es plagio, la moda del puto ''copia y pega''. Mi problema es que creo en el amor, pero está desapareciendo. Mi problema es que no envidio al resto, y quizás sea la única. Mi problema es que aprendo con cada problema, pero pocos lo hacen. Mi problema es que no soporto las niñerías pero hoy en día no se ve otra cosa. Mi problema es que quisiera volver a la infancia, porque pienso que es la etapa donde se vive despreocuapadamente y se es real y plenamente FELIZ.

Si ignoras los problemas no desaparecen, crecen. He aprendido que si les planto cara, luego experimento una sensación gratificante a la que me gusta acostumbrarme. Pero nunca las monotonías fueron divertidas. ¿A qué se supone que tengo miedo? El miedo es ausencia de felicidad. Basta ya de temer cuando no hay nada que no se pueda superar con empeño, entrego y dedicación. Éste es mi momento y me toca vivirlo, no te creas que me lo vas a robar, esta vez no. Cuéntame lo extraño que es este mundo. Hablemos. Yo estaré aquí para oírlo. Tengo ganas de vivir. Que los recuerdos sean mi mochila y mi pasaporte de puertas para fuera.
''Usar el pasado como trampolín y no como sofá''.
Sandra P.

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