¡Sean bienvenidos!

Únicamente soy una más de esas personas locas a las que les gusta vivir la vida y disfrutar cada momento, exprimiéndolos al máximo. Un bicho raro, vamos. Me he creado este pequeño espacio para compartir con aquellos que estén interesados como yo, en campos tal que la literatura, la fotografía o la música. Aquí me permito escribir todo lo que pienso, deseo y admiro.
Espero que les guste, saludos.

Sandra P.

22 de octubre de 2010

I'm stupid

Te dejé escapar. Te dejé escapar. Te dejé escapar y ahora me siento una piltrafa humana...
Todo comenzó hace algo más de un año; sin conocerte ya me atraías. Y al conocerte, fue como darme cuenta que esa persona tranquila que sabe cuando tiene que divertirse y cómo actuar, existía. La tuve frente a mis ojos. Estuve a menos de dos centímetros de su cara. Pero la dejé marchar. Esa persona no escapó de mi vida, al contrario, cada vez la sentía más y más cerca. Pero un buen día llegó a mis oídos la peor de las noticias. Lloré. Lloré como nunca. Lloré con fuerza, con ganas, enfurecida, endiabladamente enfadada con mi dolor. Sentí que algo dentro se rompía. Estallé en llanto, me odié a mí misma. ¿Porqué no supe ver lo que tenía delante? ¿Porqué después de creerme tan lanzada y atrevida no fui capaz de decirle lo que significaba para mí? Imbécil. Soy una completa estúpida.
Lo peor es que en muy poco tiempo, todo ha cambiado. Yo la primera. No quisiera echar el tiempo atrás pero si desearía que todo volviera a ser como antes. Para dejar de darle vueltas y actuar simplemente como me dicte el alma. Estar segura de que tome la decisión que tome, lo haré por mí. Por mi bien, que ya va siendo hora de cuidarme un poco. Todo cambió tan pronto que no me ha dado tiempo a reconocer que no tengo nada que hacer. No vale la pena invertir mis energías en una causa perdida. Duele. Duele tanto, duele como nunca. Yo, la que no se rendía bajo ninguna circunstancia, la que no tiraba la toalla bajo ningún concepto, la que detesta la palabra imposible, la que siempre estaba dispuesta a renunciar a todo porque sí, la que abandonaba caminos para emprender otros nuevos. Ahora, tengo miedo. Esa horrenda palabra que tanto asusta. No me parece tan irónico que una valiente cobardica sienta miedo. Pero... ¿Dónde está la salida?
Quiero escapar. Ayúdame a olvidar todo lo que me hace daño.
 Sandra P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario