Cuando has rozado la locura con la punta de los dedos, muy pocos serán capaces de acercarse a ti a preguntarte cómo te sientes. Es más fácil apuntar con el dedo sin fijarse siquiera en uno mismo. Patético, pero cierto. El mundo en que vivimos señoras y señores. :)
Ese mundo que me voy a comer. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario