¡Sean bienvenidos!

Únicamente soy una más de esas personas locas a las que les gusta vivir la vida y disfrutar cada momento, exprimiéndolos al máximo. Un bicho raro, vamos. Me he creado este pequeño espacio para compartir con aquellos que estén interesados como yo, en campos tal que la literatura, la fotografía o la música. Aquí me permito escribir todo lo que pienso, deseo y admiro.
Espero que les guste, saludos.

Sandra P.

27 de noviembre de 2010

All night

He: Would you like to dance?
She: I'd love to.

Clara reflexión

Entonces no supe lo que era y lo llamé amor. Hoy sé que estuve enamorada de un imbécil que no sabe actuar. :)

Con los ojos vendados camino a tientas por una habitación oscura. ¿Qué busco? La respuesta que no me supiste dar.

Pero la situación ha cambiado, afortunadamente. ''No hay más que lo que tú eliges'' dice la canción que me abrió los ojos por fin.
 En su día me dije: El tiempo dirá. Hoy la frase es otra: El tiempo ya dijo. Gracias por enseñarme o recordarme que la paciencia es más que una virtud. Eternamente endeudada.
Sandra P. 

Federico García Lorca

''Caminos nuevos hay para salvar el teatro. Todo está en atreverse a caminar por ellos.''

Gustavo Adolfo Bécquer

«Es cuestión de palabras y no obstante
ni tú ni yo jamas,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.
¡Lástima que el amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!»

26 de noviembre de 2010

Se aproximan los 18

Todo ha sido tan fugaz...
Parece que fue ayer, cuando era una caniija que daba sus primeros pasos. Parece que fue ayer cuando comencé a decir mis primeras palabras. Parece que fue ayer cuando me salió mi primer diente de leche. Parece que fue ayer mi primer día de colegio.
Pero no. No fue ayer. Fue hace ya 18 años. 18 abriles, 18 primaveras que han pasado por mi cuerpo, por mi piel, por mi mente, por mi vida. Nada más y nada menos que 18. Esa edad que todos desean por un motivo u otro, llena de ventajas, la llamada ''mayoría de edad''. Pero es cierto que una vez llegas a ella, dicen que los años pasan volando. ¿Pero cómo? Si hasta ahora ha sido veloz como una locomotora de vapor, veo casi imposible que pueda ir más rápido que anteriormente.
Qué rápido pasa el tiempo, el único que no perdona.


La vida supongo que es así, vivir y ensalzarte en cada pequeño momento para hacer de cada día un motivo por el que merezca la pena seguir aquí. Y no esperar a cumplir años. Ahora. La vida es ahora. La vida es hoy.
«Carpe diem.»
¿Y dentro de cincuenta años? Llueve. Miras por la ventana. Piensas, reflexionas. Hace frío. No un frío cualquiera, no. Ese frío que te cala hasta los huesos y viene de dentro con sabor a soledad. Intentas encontrar la respuesta perdida a una pregunta que ronda por tu mente: ¿Dónde han ido a para estos últimos años? Sólo aciertas a ver lo rápida que es la vida. En eso están de acuerdo todos los ancianos. Recuerdas más bien poco y es verdad que nunca pensaste que fuera a pasarte algo semejante. Siempre estuviste plenamente convencida de que eso nunca pasaría; que los momentos realmente importantes los tendrías bien calcados en tu memoria. Pero has pasado por tantas experiencias que no todas se llevan el lujo de ser calificadas como inolvidables. Estás convencida de que de momento no padeces alzheimer.


Pero claro, no me corresponde pensar en lo que vendrá. Sencillamente, me da igual: y yo no sé mañana...
Sandra P.

PAU

Y no nos damos cuenta que todas las lágrimas, el sudor, el esfuerzo, el cansancio, las ojeras, las noches en vela sin dormir, el agobio, los madrugones, los bostezos, el no-parar, el agotamiento, las cercanas ganas de rendirse o de acabar ya con todo de una vez; ese fin que parece no llegar nunca... se va a englobar en una nota. Una puta nota. Un miserable número que podrá romper tus sueños o abrirte puertas, que te colocará inmediatamente en un estatus social. Competimos no convivimos. Nos ayudamos sí, nos apoyamos, no lo niego, pero quizá no nos demos cuenta de que somos rivales. La meta que no nos dejan de recordar, ésa que está a la vuelta de la esquina aunque nos parezca tan lejana, será la marca de un antes y un después. Creceremos, maduraremos como personas, es un gran paso, pero...

Nos convencen de que el fin justifica los medios, que todo lo que hagamos será recompensado, absolutamente toda la dedicación a esa maldita prueba, lo que nos inculcan a diario de que el conocimiento y aprendizaje personal es lo que el día de mañana irá con nosotros a todas partes. ¿Pero qué nos pasa? ¿Es que estamos volviéndonos locos? ¿Por qué hacerles caso por el mero hecho de que ya hayan pasado por eso? ¿Es que a caso debemos hacer obedecer a un grupo de chiflados descontentos y malhumorados con sus perras vidas, que se dedican día tras día a explotarnos? A palabras necias, oídos sordos. Exprimir el máximo de nuestras capacidades eliminando la poca vida social que tenemos, dejarnos llevar por sus amarguras y estrés de sus realidades deprimentes y aburridas en el mundo no satisfactorio de los adultos. Estudiar sí, morir no.
Ah claro, se me olvidaba una vez más que estoy sola. En todo y para todo. Nadie hoy en día tiene tiempo para apoyar una causa reivindicativa, nada les interesa. El pasotismo es lo que está de moda. Otra vez será.
Dedicaré mis fuerzas y aliento a mis exámenes. Me centraré en lo importante, olvidándome del ruido. Creo que debo poner en orden mis prioridades, y en este caso después de tanta mierda concentrada en un solo año, me tocará descansar, respirar y sobre todo: vivir. Porque cuando menos me lo espere, de repente, casi por sorpresa mirarás el calendario y todo habrá terminado. Y dirás... ¿Qué dirás? ¿Cómo se expresa con palabras tanto sentimiento? Sencillamente no es posible porque gritarás, saltarás, de nuevo llorarás, reirás y sentirás quizá el mejor alivio conocido que ha pasado por tu breve vida con ganas de más.
El destino está en mis manos, siempre lo supe. No cruzo los dedos, tengo fe y creo en mí. Mundo, dentro de aproximadamente 365 días te recomiendo que lleves puesto el cinturón porque con ganas, allá voy.



Sandra P.

12 de noviembre de 2010

Rosa Montero

Los hombres no son misteriosos para las mujeres porque nos pasamos la vida analizándolos, estudiándolos, observándolos. Lo
que son los hombres es desesperante. Y emocionantes y enternecedores y fascinantes y decepcionantes y turbadores y despampanantes y a menudo francamente cabreantes.
Ay, los hombres.
Desde mi madurez, pues, pienso en lo que han sido los hombres en mi vida. Desde aquel trapecista del circo Price del que me
había enamorado cuando tenía cinco años, probablemente el primer varón del que fui consciente: pájaro musculoso que volaba, hermoso ser distinto. Los hombres como promesa de ternura tan a menudo traicionada: es inevitable, porque nuestros deseos siempre aspiran a más. Los hombres como sorpresa de la vida, como regalo feliz o envenenado, como adorno de los das, como placer visual en el metro o en la calle. Los hombres como interlocutores estimulantes, como niños tontos, como amigos galantes o enemigos feroces. Hombres de piel golosa y embriagador aroma fugitivo. Tan fastidiosos
y sin embargo tan necesarios, ay, en fin, los hombres.

El mundo no se ha parado ni un momento

Sí, a veces me voy por las ramas sólo busco quien pueda entenderlo y no criticarlo.
Cuando has rozado la locura con la punta de los dedos, muy pocos serán capaces de acercarse a ti a preguntarte cómo te sientes. Es más fácil apuntar con el dedo sin fijarse siquiera en uno mismo. Patético, pero cierto. El mundo en que vivimos señoras y señores. :)

Ese mundo que me voy a comer.

Mario Benedetti

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
También les queda no decir amén,
no dejar que les maten el amor,
recuperar el habla y la utopía.
Ser jóvenes sin prisa y con memoria,
situarse en una historia que es la suya,
no convertirse en viejos prematuros.

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿Cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
Les queda respirar, abrir los ojos.
Descubrir las raíces del horror,
inventar paz así sea a ponchazos.
Entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte:
esa loca de atar y desatar.

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿Vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
También les queda discutir con dios,
tanto si existe como si no existe.
Tender manos que ayudan, abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno.
Sobre todo les queda hacer futuro,
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

11 de noviembre de 2010

Garcilaso de la Vega

''No mires, que miran 
que nos miramos 
o verán en tus ojos que nos amamos.''

Muy importante

Oír no es escuchar.
Probar no es degustar.
Tocar no es palpar.
Ver no es observar.
Oler no es olfatear.


No todos saben percibir el mundo. No todos contemplamos los mismos detalles. Las personas, tan diferentes. Debemos aprender a valorar y respetar todo lo que somos, tenemos, y hacemos. SENTIR. Quiero sentir el mundo bajo mis pies. 
Sandra P.

El miedo no existe, Tizziano Ferro

Como cuando cambias de casa porque estás solo.
Como cuando nunca llega ni una solución.
Como cuando adonde vas nunca encuentras luz.
Como cuando cualquiera hable: siempre una voz.
Necesitas, necesitas estar triste.
Lo quieres tú pero el error no existe.
Sólo existe algunas noches
y falla solo quien quiere.
Y adonde vaya, adonde vaya,
sé que este miedo volverá mañana, mañana.
Y adonde vayas, donde estés,
quédate fuerte, abraza tus porqués.
Porque el miedo no existe
y los errores no existen.
Porque quien odia puede fingir
sólo para verte llorar.
Mas yo te amaré...
Como cuando por dolor giras el mundo.
Como cuando si me miras; no respondo.
Como cuando vives solo en tus recuerdos.
Como cuando miras solo tus defectos.
Y cuando nada y cuando nadie ya te ofende
es el momento en el que verdaderamente
eres tú por lo que eres
y mirándote te quieres...
Y adonde vaya, adonde vaya
sé que este miedo volverá mañana, mañana.
Y adonde vayas, donde estés,
quédate fuerte, abraza tus porqués.
Porque el miedo no existe
y los errores no existen.
Porque quien odia puede fingir
solo para verte llorar.
A veces quieres un par de alas,
a veces las cosas más terrenas,
a veces llegas al espacio
a veces te gana el silencio.
Y te amaré mañana y mas allá,
más que cualquier persona te amará. 
Ahora no me importa fingir,
mi mirada la sabes leer.
Hay cosas que no sabes esconder,
hay cosas tuyas por las que no sé llorar.
Ojalá yo supiera perder,
sin rendirme una y otra vez.
Pero el miedo no existe
y los errores no existen.

5 de noviembre de 2010

Mi segunda vez

-Ella: Nunca podía hacer esto con Frank. Realmente no sabía si era o no era feliz cuando estaba con él. ¿Porqué hacemos eso? Osea, dejarnos llevar. ¿Sabes lo que más me fastidia del caso? Que nunca tuve ocasión de decirle lo que sentía. Te lo aseguro, tiene la extraña habilidad de conseguir que pierda totalmente mi voz, es como un superpoder.
[...]
-Él: No podía pensar con claridad después de lo de Alice. De repente sentí muy clara una idea en la cabeza: Lo realmente importante son quienes comparten mi vida. Tú y tu familia son de esas personas que hacen que me sienta bien, que me alegran la vida cada día en cierto sentido.
Ella: Es lo más maravilloso, espontáneo e ingenuo que he oído nunca. Es raro encontrar a un hombre tan romántico.